Hipoteca Segunda Residencia

Una hipoteca para segunda residencia es un préstamo que se solicita para comprar una vivienda que no será tu domicilio habitual. Es decir, se trata de una propiedad adicional que puedes usar para vacaciones, fines de semana o incluso como inversión para alquilar en ciertos periodos. Al no ser tu residencia principal, los bancos aplican condiciones distintas, ya que consideran que el riesgo de impago es mayor si tienes que elegir entre pagar una casa u otra.

Aunque en ambos casos se trata de préstamos hipotecarios, las condiciones cambian bastante. En una hipoteca para la primera vivienda, el banco suele ofrecer mejores condiciones: puedes financiar hasta el 80% del valor del inmueble, acceder a plazos más largos y a tipos de interés más bajos. En cambio, para una segunda residencia, lo habitual es que te financien solo el 60 o 70%, con tipos algo más altos y exigencias más estrictas a nivel financiero. Esto se debe a que el banco sabe que, en caso de dificultades económicas, es más probable que priorices el pago de tu vivienda principal. En Hub de Hipotecas, te ayudamos a conseguir mejores porcentajes de financiación para 2ª vivienda.

Conseguir una hipoteca para una segunda vivienda es perfectamente posible, pero requiere demostrar cierta solidez económica. Tendrás que disponer de más ahorro inicial para cubrir la parte no financiada (normalmente al menos un 30%) y además mostrar ingresos estables, bajo nivel de endeudamiento y un buen historial financiero. Algunas entidades pueden ofrecerte productos específicos si la vivienda está en zonas turísticas o si tienes un perfil muy solvente. Y, si necesitas ayuda en el proceso, contar con un broker hipotecario puede facilitar mucho la negociación con los bancos.

Sí, puedes tener más de una hipoteca a tu nombre. De hecho, es bastante habitual en personas que adquieren una segunda residencia o quieren invertir en vivienda. Lo importante es que el banco vea que puedes asumir ambas cuotas sin comprometer tu estabilidad financiera. Evaluarán tus ingresos actuales, tu capacidad de endeudamiento (lo ideal es no superar el 35-40% de tus ingresos mensuales en hipotecas y préstamos), y también cómo estás pagando tu hipoteca actual. Si todo está en orden, no hay impedimento legal ni financiero para tener dos hipotecas activas.